martes, 3 de febrero de 2009

Jesucristo Urbano

Jesucristo Urbano


En la vereda de enfrente,
en el rincón del mundo,
entre celestes azoteas
y oscuros sótanos,
me encuentro
cargando una cruz
a mis espaldas.
Fulano se burla de mí,
Mengano llora por mí,
Zutano me envidia
(esa es la hermana Humanidad).
No sé realmente quién soy,
de donde vengo y a dónde voy,
sólo sé que tengo un don
que es una maldición.
Es la marca de fuego,
el tatuaje que llevaré
durante todo el camino.
Recibo aplausos por mi valor
y lágrimas por mi suerte
mas también me dan escupitajos
por haberme sacado la mascara.
Son infinitos los espacios,
son eternos los tiempos
en los cuales seré y estaré.
Mejor tomar
un poco de sagrado pan
y una copa de santo vino
para seguir viaje.
Yo soy el que soy,
soy todos y soy nadie,
pero simplemente
y complejamente
soy yo.


Elio G.

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